La mujer, de origen brasileño, mordió hasta en tres ocasiones a uno de los agentes que trataba de identificarla como responsable de una trifulca y destrozó a patadas una puerta del coche patrulla en el que la trasladaban. Asimismo, el novio de la acusada, agente de la Guardia Civil, también acabó en los calabozos después de arremeter contra los policías.